Hará 40 años empezó el declive del Centro Histórico. Ahí se ubicaban los
hoteles más importantes de Lima, las oficinas de las aerolíneas, los mejores
cafés y restaurantes y las tiendas más visitadas. Caminar por la Colmena o el
Jirón de la Unión era toda una experiencia de lo más increíble, para entonces.
La crisis social y económica que empezó a vivir nuestro país trajo consigo
la desaparición de hoteles como el Crillón y el Savoy y el cierre momentáneo
del Bolívar. Los entonces imponentes cines como el Metro, República, Le Paris,
Colmena, Bijou y Excelsior así como el Colón comenzaron a languidecer hasta su
cierre. Tiendas como la Botica Francesa, la Casa Welsch o las lujosas tiendas
de las galerías Boza y Veneto cerraron o se mudaron, en tanto cafés importantes
como el France o el Dominó perdieron a sus principales clientes; uno cerró y el
otro sobrevivió al desastre.